El Señor de Los Milagros mueve Lima. Los fieles salen de sus casas y de las iglesias y recorren los caminos que marca la sagrada imagen en sus cuatro salidas de octubre y la del 1 de noviembre. Emancipación con Tacna se colma de hambrientos de fe, pero también de anticucho, delicioso combustible para seguir la ruta.

En los alrededores de Las Nazarenas se pueden encontrar decenas de puestos de venta de anticucho, con su pancita y rachi más, la mayoría apostados sobre las veredas con licencia para vender, solo por octubre y por el Señor, sus coquetos platos de a siete soles la porción.

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Morenas son las manos que, normalmente, preparan los sagrados anticuchos. Señoras sesentonas invitan a los apretujados comensales a que prueben sus carnes a la parrilla, con la convicción de que una muestra bastará para hacer que se queden en sus puestos. La tradición manda: octubre es anticucho con corazón. La OMS aquí no tiene ninguna autoridad.

El resto del año ellas suelen vender en Cercado, Barrios Altos y otros lugares, pero desde el primero de octubre mudan el corazón a la convulsionada Emancipación, junto con carritos y bancas. Estas últimas son acomodadas de tal forma que ahora forman la Zona VIP o La salita, pase usted, ubíquese y agarre bien sus cosas, por eso de la inseguridad en Lima.

Alguna afirma tener más de 50 años vendiendo en el lugar. De hecho, la mayoría reivindica tener al menos un par de décadas atravesado el paladar de los fieles con sus gustosos platos. Se ven apetitosos, saben bien, y comer en la calle también tiene un poco de tradición. Eso sí: mejor si es con un Anticucho Con Corazón.